Europa Press Barcelona
Condenaron a 20 y 22 años de prisión a la madre y el padre por maltrato
El Tribunal Supremo revisa hoy la condena a 20 años de cárcel impuesta el pasado mes de enero por la Audiencia Provincial de Barcelona a la madre de la menor Alba, salvajemente golpeada en marzo de 2006 cuando contaba con apenas 5 años de edad. Igualmente, se estudiarán los recursos presentados contra la condena de 22 años de prisión dictada contra el padre de la niña por los delitos de lesiones, malos tratos y otro contra la integridad moral.
La Audiencia de Barcelona declaró probado que, entre noviembre de 2005 y marzo de 2006, Francisco Javier P.E. agredió a la niña en diversas ocasiones e, incluso, la ató "fuertemente" a una silla o le hacía tragar en cuchara sus propios vómitos. La paliza del 4 de marzo dejó a la pequeña en coma.
En cuanto a la madre de Alba, el tribunal entiende que era "perfectamente conocedora" de las agresiones y las vejaciones que sufría su hija a manos de Francisco Javier P.E., pero no hizo nada para detenerlos poniendo así "en grave peligro la integridad física de su hija". SECUELAS.
Alba sufre un deterioro de las funciones cerebrales muy grave con un trastorno del lenguaje escrito y verbal -se comunica con gestos y sonidos- y con ausencia de movilidad en la parte derecha del cuerpo, por lo que va en silla de ruedas y depende de terceras personas "para la supervivencia y todas las actividades de la vida diaria", recoge la sentencia.
Además de estas secuelas irreversibles, puede sufrir complicaciones pues hasta ahora ha rechazado todas las prótesis para paliar la pérdida de hueso craneal a causa de varias infecciones.
La sentencia rememora la paliza de la noche del 4 de marzo de 2006, cuando el procesado dijo a la acusada, Ana María C., que bajara a la calle con Maite mientras él le ponía el abrigo a Alba. Cuando se quedaron a solas, Francisco Javier P.E. "zarandeó brutalmente y con tal violencia a Alba que le provocó un hematoma subdural".
Al ver que no bajaban, Ana María C. y Maite subieron las escaleras y se encontraron al acusado con la menor en brazos inconsciente -en coma- y la llevaron "inmediatamente" al CAP de Montcada i Reixac, desde donde fue trasladada al Hospital Vall d'Hebron.
El tribunal también considera probado el testimonio de Maite, la hermanastra de Alba, que presenció los malos tratos y empezó a hacer lo mismo en sus muñecas, como relató su madre en el juicio.
El Tribunal Supremo revisa hoy la condena a 20 años de cárcel impuesta el pasado mes de enero por la Audiencia Provincial de Barcelona a la madre de la menor Alba, salvajemente golpeada en marzo de 2006 cuando contaba con apenas 5 años de edad. Igualmente, se estudiarán los recursos presentados contra la condena de 22 años de prisión dictada contra el padre de la niña por los delitos de lesiones, malos tratos y otro contra la integridad moral.
La Audiencia de Barcelona declaró probado que, entre noviembre de 2005 y marzo de 2006, Francisco Javier P.E. agredió a la niña en diversas ocasiones e, incluso, la ató "fuertemente" a una silla o le hacía tragar en cuchara sus propios vómitos. La paliza del 4 de marzo dejó a la pequeña en coma.
En cuanto a la madre de Alba, el tribunal entiende que era "perfectamente conocedora" de las agresiones y las vejaciones que sufría su hija a manos de Francisco Javier P.E., pero no hizo nada para detenerlos poniendo así "en grave peligro la integridad física de su hija". SECUELAS.
Alba sufre un deterioro de las funciones cerebrales muy grave con un trastorno del lenguaje escrito y verbal -se comunica con gestos y sonidos- y con ausencia de movilidad en la parte derecha del cuerpo, por lo que va en silla de ruedas y depende de terceras personas "para la supervivencia y todas las actividades de la vida diaria", recoge la sentencia.
Además de estas secuelas irreversibles, puede sufrir complicaciones pues hasta ahora ha rechazado todas las prótesis para paliar la pérdida de hueso craneal a causa de varias infecciones.
La sentencia rememora la paliza de la noche del 4 de marzo de 2006, cuando el procesado dijo a la acusada, Ana María C., que bajara a la calle con Maite mientras él le ponía el abrigo a Alba. Cuando se quedaron a solas, Francisco Javier P.E. "zarandeó brutalmente y con tal violencia a Alba que le provocó un hematoma subdural".
Al ver que no bajaban, Ana María C. y Maite subieron las escaleras y se encontraron al acusado con la menor en brazos inconsciente -en coma- y la llevaron "inmediatamente" al CAP de Montcada i Reixac, desde donde fue trasladada al Hospital Vall d'Hebron.
El tribunal también considera probado el testimonio de Maite, la hermanastra de Alba, que presenció los malos tratos y empezó a hacer lo mismo en sus muñecas, como relató su madre en el juicio.
El padrastro de Alba tapaba la boca a la niña de Montcada con un precinto y le obligaba a beber agua con una jeringuilla.
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