La compañía, que entró en concurso de acreedores el pasado mes de octubre con un pasivo de 22 millones de euros, también plantea un recorte "de hasta el 30% del salario" a la plantilla restante de la fábrica.
Tanto el recorte de plantilla como la rebaja salarial han chocado con el rechazo del comité de empresa, que acusa a la empresa de plantear unas condiciones "de risa" a los despedidos y de incumplir el compromiso de mantenimiento de los puestos de trabajo adquirido hace poco menos de un año, cuando la dirección planteó un ERE de suspensión temporal de empleo.
La crisis económica y la rebaja de los pedidos son la causa que aduce la empresa para acometer estas medidas. Los trabajadores aseguraron hoy que irán a la huelga a partir del próximo martes si no se reconducen las negociaciones.
La fábrica era hasta hace tres años propiedad del grupo Catensa y, tras su venta, pasó a manos de dos socios catalanes que, según los sindicatos, han llevado a cabo "una mala gestión" que la abocado a la pérdida de clientes y al concurso.
Tanto el recorte de plantilla como la rebaja salarial han chocado con el rechazo del comité de empresa, que acusa a la empresa de plantear unas condiciones "de risa" a los despedidos y de incumplir el compromiso de mantenimiento de los puestos de trabajo adquirido hace poco menos de un año, cuando la dirección planteó un ERE de suspensión temporal de empleo.
La crisis económica y la rebaja de los pedidos son la causa que aduce la empresa para acometer estas medidas. Los trabajadores aseguraron hoy que irán a la huelga a partir del próximo martes si no se reconducen las negociaciones.
La fábrica era hasta hace tres años propiedad del grupo Catensa y, tras su venta, pasó a manos de dos socios catalanes que, según los sindicatos, han llevado a cabo "una mala gestión" que la abocado a la pérdida de clientes y al concurso.
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